¡Malditos sean los falsos profetas, pues de ellos surge la mentira!
¡Malditos sean los mentirosos, pues de ellos surge la debilidad!
¡Malditos sean los débiles, pues de ellos fomentan a los cobardes!
¡Malditos sean los cobardes, pues no son mas que un simple estorbo!
¡Malditos sean los perdedores, pues son aplastados y olvidados!
¡Malditos sean los que aman a sus enemigos, pues son una abominación!
¡Benditos sean los fuertes, pues para ser tal eliminaron a los débiles!
¡Benditos sean los audaces, pues para ser tal humillaron a los carentes de ingenio!
¡Benditos sean los valientes, pues no le temen a sus enemigos, y por ende los eliminan!
¡Benditos sean los triunfadores, pues para ser tales deben ser fuertes y audaces, y sus nombres serán recordados por siempre!
¡Benditos sean los que odian y aniquilan al enemigo, pues son los verdaderos triunfadores!
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